Era un día frío de Enero. Congelado. La nieve cubría gran parte del país hasta la costa. Nunca solía viajar en tren, pero aquella noche no tuve más remedio que hacerlo. Dejé el coche en Barcelona y regresé a casa en el último convoy. Al llegar a mi estación de destino una ventisca recorría el andén como si se tratara de un gigantesco espectro que tratara de sobrevivir a base de helar el alma a los incautos. No se veía absolutamente a nadie. Cuando el tren abandonó la estación solo se escucharon mis pasos en la noche, amortiguados por los gemidos de aquellas malditas ráfagas de viento. La luna se ocultaba tras unas negras nubes vaporosas cubiertas de plata. Ni siquiera me daba cuenta que me estaba siguiendo. No había pasos tras de mi. Ni sonido de respiración. Ni pulso. No sé como consiguió llegar antes que yo, pero ya me estaba esperando cuando traté de encender las luces del hogar. No hubo manera. Recordé que guardaba unas velas de cera en un cajón de la cómoda. Así que fui a tientas, recorriendo habitaciones y corredores en plena oscuridad, hasta llegar a la alcoba. Fue allí, al abrir el cajón, cuando noté su presencia por primera vez. Seguía observándome en silencio. ¿Qué puedes decirle a una presencia sobrenatural cuando te la encuentras cara a cara? ¿Quién anda ahí…? Fue todo lo que pude pronunciar. Mientras mis ojos comenzaban a vislumbrar en la penumbra, ella se acercó hasta mí. La sangre se me heló más rápido de cómo lo había hecho la ventisca del andén. Fue un amor a primera vista. No lo pudimos evitar. Es una sensación que ocurre muy, muy pocas veces en la vida. Aunque tu vida sea inmortal. Me enamoré perdidamente de una vampiro, y no fueron precisas palabras, aunque ella hablaba nuestro idioma. Sus ojos eran tan penetrantes como la daga del acero más fino. Llegaron directos y veloces a mi corazón como no lo hubiera hecho el veneno más mortífero. Eran totalmente blancos con la excepción de la pupila negra. Pero llenos de curiosidad y de una extraña ternura. Tan extraña ternura como la del humano que observa a un bonito e indefenso cordero. Su piel era irreal, como de seda. De una palidez extrema, parecía un ángel de la muerte. Su cabello era lo más semejante a la crin salvaje de un caballo. Sus labios eran finos pero firmes en su grande boca. Escondían el arma más letal de todas cuantas puedan imaginarse.
Nuestras primeras citas eran siempre de noche. Solíamos ver juntos películas de vampiros. Las películas que para mi eran de terror para ella eran auténticas comedias. Los vampiros no dejan marcas de colmillos en el cuello de sus víctimas. La alarma social que se desataría sería tal que la policía acabaría dando con ellos en pocas semanas. Los vampiros atacan a sus víctimas utilizando armas convencionales y beben la sangre de las heridas, sin dejar rastro. A los ojos de los humanos se trata de asesinatos o accidentes. Al principio no conseguía acostumbrarme a su necesidad vital. Supe que incluso solían provocar accidentes de tráfico para conseguir cazar a sus víctimas, y que aquello hasta les divertía. Como una broma infantil. Intenté ver el lado positivo y traté de sacarle partido. Le daba listados con la gente que, puestos a tener que sacrificar a alguien, no me importaba saber que habían muerto, como alimento. Es más, hasta deseaba la muerte de algunos de ellos. Verdaderas malas personas que se habían cruzado en mi vida causando dolor y dejando mella.
Con los meses nuestro amor se ha consolidado. Con ella me siento como jamás me he sentido ni sé que me sentiré con nadie más. Pero del mismo modo sé que yo envejeceré y ella seguirá permaneciendo con su belleza y lozanía perenne. Después de pensarlo durante muchos días y durante muchas noches, he tomado la decisión. ¿Por qué conformarse con vivir una vida juntos pudiendo vivir una eternidad? Este mundo ya no es suficiente. Mi cuerpo me limita. Necesito otra forma de expresión para lo que siento, y esa forma no es humana. ¿Será una bendición o una condena? Esta noche verán mis ojos brillar la luz en la oscuridad como fulgor de la nieve bajo el sol.
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Hola Raül,
ResponderEliminarM'agrada força aquesta historia. Xulo, molt xulo. Endavant !!!!!
Una abraçada